Hướng dẫn sử dụng jriver media center Informational, Transactional

Los gritos pueden tener dos orígenes: o una pérdida de paciencia o porque creemos en que generan autoridad y disciplina. Pero no importa cuál sea el origen. En ambos casos, no sirven para nada. Tal vez pensemos que los niños reaccionan ante los gritos porque “aprenden la lección” y no es así. Reaccionan porque les duele y porque tienen miedo. Por lo tanto es necesario tomar en cuenta como

los gritos afectan a nivel cerebral y no solo la esfera emocional de los más pequeños.

Ante los gritos, se activa la emoción del miedo, y esta bloquea una zona en la amígdala que impide el paso de nueva información. La amígdala, está encargada entre otras cosas de regular las emociones. Las almacena y las regula. Según Justin Feinsten [2001], científico de la Universidad de Iowa [EEUU], cuando la amígdala detecta un peligro [como pueden ser los gritos], activa una respuesta que nos empuja a alejarnos de la amenaza. No sólo se producen daños a corto plazo. Las neurociencias explican que los gritos activan un área del cerebro de los chicos que impide que hagan eso que los padres están buscando. «No pueden pensar ni razonar. Entran en un modo de supervivencia que sólo les permite tres respuestas: huir, luchar o paralizarse», explica Verónica de Andrés, una de las autoras del libro «Confianza total para tus hijos» [Planeta], magíster en Educación de la Universidad de Oxford Brookes de Inglaterra y especializada en neurociencia y aprendizaje efectivo. La zona del sistema límbico donde está la amígdala, despliega una especie de ‘escudo’ para protegerse de los gritos. El grito activa todas nuestras alertas innatas de peligro. El corazón se acelera, se empieza a segregar adrenalina y las pupilas se dilatan. Se segrega cortisol, la hormona del estrés, que prepara para dar respuesta a ese peligro. Es una reacción que compartimos con las demás especies animales», explica el neurólogo infantil, Nicolás Schnitzler, especialista del Instituto de Neurología Cognitiva [Ineco]. Lo hace mediante unos neurotransmisores que activan sustancias como la dopamina, la adrenalina, los glucorticoides. Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, hecho en 2015, demostró que los gritos, el maltrato verbal y la humillación o la combinación de los tres elementos alteran de forma permanente la estructura cerebral infantil. En tal estudio, analizaron el cerebro de 50 chicos con problemas psiquiátricos que habían sufrido maltrato familiar y los compararon con la estructura cerebral de niños que no recibían malos tratos. Los que habían crecido en ambientes hostiles tenían una reducción del cuerpo calloso del cerebro, que es la parte que conecta ambos hemisferios. Los gritos y la humillación, concluyeron los especialistas, hacen que los dos hemisferios se desconecten. ¿Cuál es el resultado? Tener las mitades del cerebro poco integradas produce que los cambios de personalidad y de estado de ánimo sean más marcados. Esto, entre otras cuestiones, compromete la estabilidad emocional y aumenta la dispersión atencional.

¿Qué hacer en lugar de gritar a los niños?

Existen muchos métodos de educación que benefician el aprendizaje de los niños. Recuerda que un niño capaz de manejar sus emociones en cada situación, es un niño feliz, capaz de hacer frente a situaciones de estrés o de conflicto. Si educas las emociones de tu hijo, te será más fácil imponer límites, además es necesario construir una base sólida de normas: hará que los niños obedezcan sin necesidad de gritar, sin amenazas, ya que tendrán asumido lo que NO pueden hacer bajo ningún concepto. Esto exige un gran compromiso y mucha paciencia por parte de los padres. Bibliografía Touza-Garma, C. [2001]. Las consecuencias del maltrato desde la perspectiva orga-nizacional del desarrollo. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 365–377, 6-7. Amores A y Mateos R. [2017] Revisión de la neuropsicología del maltrato infantil: la neurobiologíay el perfil neuropsicológico de las víctimas de abusos en la infancia. Revista Psicologia Educativa 23 – 81-88 Elsevier. Hi all! I’m so excited to be back with my bi-weekly blog! It’s been a hectic 6 months with a heck of a lot of packing and unpacking. My husband and I sold our NYC apartment and bought an apartment in Palm Beach last November. And because I am not ready yet to exit the Big Apple, I bought an apartment in NYC and am currently renovating the kitchen. But over the next few weeks, I have some fabulous summer recipes to give you inspiration for summer cooking and entertaining.

To celebrate summer this year, I threw a Taste of Capri party in the Hamptons to honor one of my favorite destinations in the world. You know how I always love theme parties. Let me share some of my ideas with you as this is an easy party to replicate. We decorated the tables with beautiful lemon tablecloths that I bought from Amazon [ link]. I bought fresh lemons and found lemon leaves in the flower market so our guests could be transported to the sights and smells of the Amalfi Coast. With the use of these simple elements mixed with colored votives and glasses, we were able to create a simple yet evocative tablescape.

We started out the evening with Napoleon-style pizza, Aperol Spritz’s, and homemade Frozen Bellinis [check out the recipe below!]. The meal was catered by Chef Andrew Molen. I usually cook myself but really just wanted to be a guest at my own party this year. The buffet included Italian fare of course… a fresh summer caesar salad, grilled branzino fillets, and spaghetti with mini meatballs and Pomodoro sauce. We also had an incredible accordion player who serenaded our guests during dinner.

I sang some Italian classics including That’s Amore before our guests danced to the music of our wonderful DJ. And of course, I had to wear something from an Italian designer, and this Dolce and Gabbana Dress from their summer collection reminds me of Capri! We finished off the night with a dessert bar including strawberry, vanilla, and chocolate gelatos imported from Italy.

A big thank you to my wonderful event planner and dear friend, Hank Stampfl of Revel Rouge who helped me create my vision. I hope you will take this party inspiration and throw a themed event of your own using food, tablescapes, and music to set the mood. Salute!

Frozen Bellini

Frozen Bellini

Servings: 4 people

Simple Syrup

  • 1 cup sugar
  • 1 cup water

Frozen Bellini

  • 16 oz frozen peaches
  • 6 oz peach liquour
  • 4 oz simple syrup
  • 1 cup ice
  • 2 cups sparkling wine plus more to top off

Simple Syrup

Combine sugar and water in a small saucepan and bring to a boil. Reduce to simmer and stir until sugar dissolves, about a minute or two. Remove from heat and let cool.

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